EL SOL
El año 1917 fue
uno de los más duros para los trabajadores durante la monarquía
alfonsina. La huelga del 17 fue brutal para la clase
trabajadora, que se encontraba en una penuria desoladora,
mientras las fuerzas del capital acumulaban beneficios por los
pedidos de los beligerantes en la Gran Guerra, sin que esos
beneficios mejoraran un ápice la suerte de los desposeídos. En
ese infausto año, el empresario e ingeniero, Nicolás de Urgoiti,
director de la Papelera Española, fundo el diario El Sol, con la
sana intención de sacarle beneficio y de paso expresar sus ideas
de modernización, que tampoco eran para tirar cohetes, teniendo
en cuenta su extracción. El caso es que las cosas se hicieron
bien, y aunque el rotativo tenía un cierto aire elitista, el
periódico tenía mucho éxito y estaba muy bien considerado. Era
como El País de hoy. Destacados intelectuales y artistas
colaboraban y marcaban tendencia, como se dice, también, hoy.
Destacaba Ortega y Gasset, Salvador de Madariaga y el propio
Corpus Barga como corresponsal en Paris. Y en el arte plástico,
el fantástico Trío del El Sol, Sancha, Robledano y el gran
Bagaría. El Sol fue la plataforma para el lanzamiento estelar
del famoso grupo al Servicio de la República (Ortega y Gasset,
Marañón, Pérez de Ayala), y que tantos disgustos le dio a la
verdadera Republica. Los tres dieron portazo a la República en
cuento hubo que ponerse a la faena de las reformas y los tres
terminaron conviviendo sin mayor problema con el dictador
sangriento, dando lustre al monstruo, quizá al servicio del
franquismo. Y para ese viaje no hacían falta esas alforjas. Pero
volviendo al rotativo, al inicio de los 30 no pudo superar su
confrontación con la agónica monarquía y tampoco supo encontrar
su sitio en la convulsa España del nacimiento de la República,
por todos deseada (eso decían) y por todos torpedeada. EL Sol
comenzó un largo declive que le llevó al cierre cerca del final
de la guerra, y tampoco creemos que hubiera sobrevivido a
Franco.
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